jueves, 11 de noviembre de 2010

LA REPUBLICA ORGANICA

La democracia orgánica, una opción valida

Así como en la antigüedad la esclavitud era considerada una institución “natural”, normal, y aparentemente irremplazable; hoy en día existe la convicción de que no puede haber otra forma de gobierno que no sea la democracia liberal basada en el mito herético de la soberanía popular. Del mismo modo tampoco se concibe otro mecanismo de participación popular en el ordenamiento político, que no sea el del sufragio universal por medio de los partidos políticos.

A pesar de que con esta forma de gobierno -de perversidad intrínseca-, se conculque la ley Divina y se subvierta el orden natural; la inmensa mayoría de católicos no se da cuenta de las graves consecuencias que acarrea dar a la Autoridad otro fundamento que no sea Dios. Es mas, a muy pocos se les ocurre pensar que al menos es lícito plantear la objeción de conciencia frente a las leyes anticristianas e inicuas que sancionan los representantes del demos así erigido en soberano. Ni que hablar de esbozar actitudes heroicas de rebelión frente a estos gobiernos ilegítimos e impíos[1].

Por otro lado a la gente tampoco se le ocurre imaginar otro sistema representativo en el que la participación política no se ejerza a través de los partidos políticos. Se da por sentado que esta democracia rouseauniana es la única que existe, que no hay alternativas a lo existente, y que cuando se critica a la partidocracia se esta propugnando el golpe de estado o la típica dictadura militar. Por ello es que en cada crisis el Sistema llama a “fortalecer las instituciones”, léase partidos políticos, apelando al viejo sofisma de que los males de la democracia se curan con mas democracia.

En este contexto los nacionalistas tenemos la ineludible misión de recordar que frente al sistema demoliberal y masónico, que padecemos, desde la nefasta revolución francesa, existen otras formas –y estas si legitimas- de gobierno, de participación popular y de representación política.

Y cabe aclarar que no nos estamos refiriendo siquiera a la antigua institución de la dictadura, forma legítima también -aunque extraordinaria y temporaria – de gobierno cuando una situación de grave crisis así lo exige. No, nos referimos simplemente a formas republicanas, o democráticas en el sentido clásico del termino, que dejan a salvo la doctrina católica sobre el origen del poder e instauran un mecanismo electoral que permite al pueblo elegir a sus gobernantes dejando de lado las estructuras artificiales masificantes y mafiosas de los partidos políticos.

Ciertamente que las consecuencias que acarrea el actual Régimen, o Sistema de Dominación, son hoy por hoy cada vez más evidentes. Ninguna persona honesta y sensata se hace muchas esperanzas de que el bien común se pueda lograr con este sistema; el asunto es que muy difícilmente se atreven a plantear salidas que no sean las “políticamente correctas”, y ello por la sencilla razón de que ven pero no comprenden.

En ese sentido, y a tenor de los últimos acontecimientos, muchos pudieron ver claramente que en nuestra Patria se están implementando ciertas medidas que tienden a su descristianización, y que fomentan la corrupción de todo el cuerpo social; ahora bien, lo que casi nadie tiene en claro es a que responden estas iniciativas, cual su fin, y cual es el postulado en base al cual se llevan a cabo.

Si pudieran ver mas allá de lo coyuntural podrían percatarse que estamos frente un plan sistemático de destrucción de nuestra cultura fundacional, y del principal vector de transmisión de los valores que dicha cultura plasma, es decir de la familia. Plan ordenado por el Poder Mundial a los efectos de disolver a nuestra ya agonizante Nación y someterla definitivamente a la tiranía universal.

Lo que ocurre es que -como dice el dicho- algunas veces el árbol oculta el bosque y así episodios puntuales no dejan ver el proceso dentro del cual se enmarcan, sobre todo si existe una cortina de humo que no permite ver el resto de la realidad en perspectiva; por eso es importante contextualizar los hechos y comprender la estrategia del enemigo y sus armas.

Es lo que les pasa a muchos de los que participaron activamente en la campaña en contra del “matrimonio” homosexual. Se quedaron en la coyuntura, y para el colmo desmoralizados por la derrota.

Sin embargo la aprobación de dicha ley dejó bien en claro dos cosas. Una que los representantes del pueblo llevan adelante medidas para las cuales nadie los voto; y dos, que el fundamento que les permite ir en contra de nuestra identidad cristiana es el falso dogma de la soberanía popular.

Es evidente entonces que el sistema político e institucional, su fundamento teórico y sus instrumentos prácticos, están pensados, no para cumplir un supuesto mandato popular sino para colaborar con los planes hegemónicos de un Poder Mundial interesado en evitar que el Estado argentino pueda estar al servicio de la Nación.

Por ende, a los nacionalistas nos corresponde insistir en la necesidad de cambiar nuestra forma de gobierno y su sistema de representatividad; y aunque hoy no tengamos los medios materiales para hacerlo no debemos dudar que nuestro testimonio nos conferirá una autoridad importante a la hora de ensayar al menos alguna modificación gradual en el mismo. Además, plantear la posibilidad de una forma republicana, o sanamente democrática, de gobierno distinta a la democracia liberal cada día tiene mayores virtualidades.

En definitiva, hoy más que nunca el nacionalismo argentino esta obligado a insistir con la reivindicación de lo que otrora fuera su caballito de batalla: la sustitución del actual sistema partidocratico por una republica corporativa o de democracia orgánica.

Edgardo Atilio Moreno



[1] Respecto a esta ultima alternativa, es decir la de la rebelión, es oportuno recordar que, aunque hogaño no se den todas las condiciones exigidas por la recta doctrina para legitimar una acción directa tendiente el derrocamiento de los tiranos; este no deja de ser un derecho, ultimo y extremo, pero siempre valido.

jueves, 4 de noviembre de 2010

LUGAR COMUN:LA MUERTE


Por: Guillermo Rojas

Así parece haber transcurrido el último mes de vida política de nuestra sufrida Argentina con desapariciones físicas forzadas y naturales que han desatado los vientos de las palabras y los hechos.

Siendo el sistema una mixtura de marxismo y capitalismo, ambos términos se esmeran en preservarlo a como de lugar y en medio de esa tarea insalubre se producen ciertos cortocircuitos que posibilitan nuevas jugadas o simplemente dichos cortocircuitos son inducidos o provocados.

Un muerto oportuno

El marxismo puro y duro se muerde los codos sufriendo su propia inviabilidad y la cooptación de gran parte de su ideario en beneficio del Capitalismo Global, de manera tal que se ha vuelto una pieza marginal en lo político, pero utilizable en lo cultural y simbólico.

La izquierda es un elemento de penetración del Régimen al interior de la sociedad argentina y por su mediación idealista y romántica ha convertido las órdenes y deseos más viles del Poder Mundial en nuevos derechos del hombre.

En efecto, la cultura reivindicativa de derechos tan cara a la izquierda ha servido de argucia para que se imponga el aborto y el control de la natalidad con la excusa del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo o los derechos reproductivos, el matrimonio homosexual y la perversión de la familia natural, con la excusa del derecho a la diversidad, la destrucción del poder del Estado en justicia y seguridad con el denominado garantismo penal finalmente con la temática general de los derechos humanos y de la Dictadura (la patraña de los 30.000 desaparecidos) se ha anulado nuestro aparato de defensa.

Gracias a la izquierda y al boludaje que la acompaña masivamente, nuestra ruina es un derecho inalienable

Con argumentos y excusas provistos por el bolchevismo postmo estamos indefensos, inseguros, disueltos moralmente y en adelante seremos muchos menos. Empanadas que se comen con solo abrir la boca al decir del Padre de la Patria. El Poder Mundial, exultante.

Con esta misma modalidad actuó el Sistema en referencia al asesinato de un agitador trotskista el mes pasado a manos de matones del sindicalismo peronista, utilizando mediaticamente la protesta que se desatara en base de la bobería universitaria, para desembarazarse de un personaje que le resulta repulsivo como es Moyano. No por lo corrompido que es (algo absolutamente innegable) sino por lo que en si representa el sindicalismo y las instituciones emergentes del Orden Natural, por corrompidas que estén en contacto con el demo liberalismo.

El stablishment no odia a Moyano por su gangsterismo corrupto, sino por lo bueno que ha hecho el gremialismo, no lo detesta por lo burocrática venal que sea la cúpula sindical (que de hecho lo es), sino por que in se el sindicalismo es mucho mas representativo del pueblo que los mamarrachos que se dan en llamar partidos políticos. Sino pongámonos a comparar los logros sociales del sindicalismo (aun corrompido como está) con la nada o el desastre a que nos ha llevado la partidocracia.

Pensemos en lo que se podría llegar a hacer para el pueblo con un sindicalismo honesto y rectamente entendido inserto en una república orgánica. De eso el sistema no quiere ni escuchar hablar.

En realidad al stablishment le importa un bledo la decencia, de hecho son pasajeros de ese colectivo infinidad de delincuentes políticos y comunes, asesinos, explotadores, usureros y estafadores de diferente laya, sin que a nadie se le caigan los anillos.

Las mesas redondas mediáticas con motivo del crimen, ocupadas en destruir a Moyano y a la burocracia sindical las integraban desde vulgares y conocidos agentes de la CIA hasta personajes de la ultra izquierda. Todos curtían el mismo discurso, mientras en la calle la gilada había retrocedido a la década de los 70: Se va a acabar/ se va a acabar/ la burocracia sindical

Con la muerte del agitador trotskista morían las aspiraciones moyanescas a ser el Lula Argentino y de repartir las ganancias de las empresas, cosa esta ultima que espantó al Régimen. Se lo sacaron de encima gracias al muerto aportado por los zurdos. Hasta para eso son funcionales. Desde los K a la oposición todos respiraron aliviados.

Un muerto cantado

Cualquiera que tuviera un mínimo de información confiable proveniente del mundo de la política sabia a las claras que Kirchner no duraría mucho. Cuatro infartos y un sinnúmero de otras deficiencias más el stres que lo corroían lo llevarían a la tumba de seguir llevando el tren de vida que llevaba. Así fue.

No vamos aquí a alegrarnos de su muerte, pedimos que Dios se apiade de su alma, pero tampoco vamos a dejar de decir que su presencia en el poder fue nefasta para nuestra ya castigada Patria. Nefasta por lo que hizo: terminar de entregarnos atados de pies y manos e indefensos al Poder Mundial, confundiendo a la población utilizando una retórica de izquierdas. Lo que antes mencionamos de la funcionalidad cultural y simbólica de la izquierda y de su discurso demagógico en Kirchner alcanzó su apogeo, no por la calidad de su discurso, de nivel francamente infantil, sino por la repetición que hicieran del mismo los medios de comunicación (incluidos los que hoy están en la vereda de enfrente del kirchnerismo) que se identifican en cuanto a peones del Capitalismo Global, con esa modalidad gatopardista. Bueno es decir que hoy esos medios defenestran al kirchnerismo solo y exclusivamente por que su jefe fallecido les quiso manotear la caja. En lo demás son absolutamente lo mismo ideológicamente hablando. La rapacidad del muerto no conoció límites. Era dueño de una perinola que en todas sus caras tenia la frase “Toma Todo”. En fin para que seguir. Tumba y olvido es lo mejor. No vamos a hacernos eco de de los rumores necrofilicos a que son afectos muchos.

Para esto último estuvo presente la comparsa de la política y la cultura que odiaran o amaran al muerto lo alabaron como si fuera un santo, para estos hipócritas nuestro más absoluto asco.

Tampoco nos sorprendemos por la multitud que hizo cola para ver el cajón, si bien entre esa muchedumbre paga, choripanera o morbosa había gente que creía sinceramente, mucha mas a esa hora se deslomaba trabajando por migajas, viajaba como ganado o buscaba de que ganarse la vida en el medio del páramo que es hoy nuestra Nación gracias entre otros, al muerto que se velaba.

El legado de Kirchner es una incognita, tal vez sea el caos.

Dos muertes han golpeado la realidad argentina en el último mes. La de un agitador marxista profesional (23 años de edad, 10 años en esa militancia), un muchacho confundido y la de un político decadente y corrompido. Esas muertes, como todas las muertes, nos ponen ante la presencia de nuestra propia muerte, no silvemos haciéndonos los desentendidos, ya ni los curas desde el pulpito predican sobre la muerte. Ante nuestra propia muerte, lo único que nos queda es el acto ético de obrar como corresponde, por el bien de nuestra Patria y por nuestro propio bien. Decir la verdad que tanta falta hace, no por recompensa de aquí o de ultratumba sino por que es lo debido. En definitiva, Haidegger nos dirá que el hombre es un ser para la muerte, y el Padre Castellani socraticasmente que “todos hemos de morir”.