jueves, 31 de mayo de 2012

La Argentina bajo un doble ataque


Una doble agresión viene padeciendo la Nación argentina de la mano de los Kirchner.

La primera de ella arremete contra el alma nacional, pervirtiendo nuestra cultura, trastocando nuestros valores, y destruyendo la célula básica de la sociedad. La segunda, arrasa a la Nación en lo material, saqueando sus recursos económicos y subordinándonos a los intereses de la extranjería.

Es cierto que este embate contra la nacionalidad tiene hondas raíces en el tiempo, sin embargo lo que aquí queremos subrayar es que precisamente desde que el siniestro matrimonio K asumió la conducción de los destinos patrios, este proceso de destrucción de la Argentina entró en su fase final, y hoy se encuentra a punto de alcanzar su máximo objetivo: la aniquilación y la disolución total de nuestra Nación.

En el primero de los órdenes consignados, el gobierno esta a punto de perpetrar un tremendo golpe en contra de la institución familiar mediante un proyecto de reforma del Código Civil que se inspira en el más crudo progresismo anticristiano. De concretarse dicha iniciativa la familia dejará de existir como tal, y se pasará a llamar familia a cualquier cosa, a cualquier unión pasajera, producto del libertinaje y de la degeneración.

En efecto -según se ha adelantado-, con la nueva legislación ya no habrá más padres y madres, sino simplemente relaciones filiatorias; los hijos podrán ser anotados con cualquier apellido, y si no hay acuerdo al respecto se precederá a un ridículo sorteo. En el matrimonio ya no se hablará mas de hombre y de mujer, solo de contrayentes; y entre estos ya no existirá mas el deber de fidelidad; en consecuencia la figura del adulterio desaparecerá, y nadie considerará malo algo que la ley permite. Los divorcios serán “express”, las personas se podrán divorciar cuando así lo quieran, sin tener que demostrar nada y sin mayores tramites. Cualquier unión convivencial de parejas no casadas tendrá los mismos efectos que el matrimonio. Todo esto entre otras “conquistas” de igual tenor.

Es por ello que, en su programa “Claves para un mundo mejor” del día 21de abril, Mons. Aguer dijo: “lo que se esta proponiendo es una nueva estructura de la sociedad argentina”; y no exageró para nada el señor arzobispo, estamos ante un proyecto ingeniería social que avanza a pasos agigantados hacia la disolución del orden natural en la organización social. Quiera Dios que todos los pastores estén a la altura de estas circunstancias.

En el segundo frente en que nuestra Patria es agredida, es decir en el plano político y económico, uno de los temas que más acaparó la atención pública últimamente es el de la estatización de YPF.

Al respecto, y antes que nada, digamos lo siguiente: los nacionalistas siempre sostuvimos que los recursos energéticos estratégicos deben ser de propiedad exclusiva del Estado, y que por ende deben estar bajo su control.

Ahora bien, lo que esta por hacer el gobierno no tiene nada que ver con lo arriba expresado. Ni el petróleo será de los argentinos, ni YPF volverá a estar bajo el control del Estado nacional.

En efecto, si bien el gobierno expropiará el 51 % de las acciones de Repsol (dejando a salvo las acciones del grupo Esquenazi, del cual se sabe que esta ligado a los Kirchner), no obstante ello, casi la mitad de esas acciones pasaran a estar en manos de las provincias, con lo cual el Estado nacional solo tendrá el 26 % del total de las acciones de la empresa.

Y lo que es mas grave, YPF esta vaciada, es decir al borde  de la quiebra, tal como el gobierno mismo lo reconoce (obviando su responsabilidad en ello) pues Repsol giró todas las ganancias al exterior y no hizo las inversiones que debía haber hecho; por lo tanto ¿de donde saldrá el dinero para reactivarla? obviamente de capitales extranjeros que lógicamente tomaran el control de la empresa.

Entonces ¿de donde este interés del gobierno por expropiar parte de YPF, siendo que los Kirchner fueron unos de los principales promotores de su anterior privatización? Obvio que la razón es la misma que los inspiró antes: pretenden volver a saquear los dineros públicos y mantenerse en el poder con el favor de los centros financieros internacionales.


Todo esto costará muy caro a los argentinos; y así lo denuncia el licenciado Hector Giulano (24/04/12): “haciéndose cargo del paquete mayoritario de YPF, el Estado cargará una triple deuda publica nueva: los pasivos acumulados bajo la gestión Resol-Eskenazi (unos 9.000 millones de dólares), el futuro financiamiento del plan de inversiones incumplido por Repsol (30.000 millones de dólares) y las eventuales indemnizaciones a la firma española”.

Como se ve, un negocio redondo para los grupos financieros internacionales y para los rapiñadores que están en el gobierno. Lo más lamentable es que todo ello se hace agitando hipócritamente la bandera de la soberanía energética.

Pues bien a los nacionalistas estos impostores no nos engañan, ni nos amordazan; y mientras podamos seguir denunciándolos la Patria aun se mantendrá viva y con  esperanzas. Dios premiará este testimonio macho, con la alborada de un nuevo amanecer. 

                                                      Dr. Edgardo Atilio Moreno


Editorial Revista Milo Nº 7                             


                                                  

lunes, 14 de mayo de 2012

MILO Nº 7

Ya esta en la calle una nueva edicion de "Milo", la revista de los nacionalistas santiagueños.
En este número el ingeniero Carlos Zerda escribe sobre "El poder constructivo y edificante del Mito", un articulo de alto nivel intelectual pero comprensible para todo lector atento. Nestor Nuñez nos deleita -como de costumbre- con sus reflexiones entorno a "los criterios de razon". El Dr. Mario Corvalan escribe sobre "La conspiración bancaria". El camarada Hector Cejas nos relata la cronica del reciente acto del dos de abril que organizaron Fuerza Patriotica y el Circulo Nacionalista de Santiago del Estero. El contador Enrique Marañon hace unas ponderables consideraciones sobre "el año de vida de Milo". El editorial de actualidad como siempre a cargo del Dr. Edgardo Moreno; y de "yapa" un articulo de colaboracion del Dr. Hugo Esteva, todo un lujo.

domingo, 6 de mayo de 2012

PERO NACIONALISMO, NO


Por Hugo Esteva.

El Nacionalismo Argentino es un movimiento político y cultural al que se ha dado fecha de nacimiento alrededor de 1930, aunque arranca de mucho más atrás. No sólo quienes nos identificamos con él, sino todo el mundo medianamente interesado por las ideas entre nosotros, lo sabe. Y sabe también que lo que caracteriza al Nacionalismo es su natural ligazón al origen y a las tradiciones de la patria argentina. Por eso, sin ser confesional, está íntimamente ligado al catolicismo. Por eso, sin ser español, es singularmente hispánico.

No se trata, entonces, de la mera defensa de los intereses argentinos. Tampoco de la sola defensa de la soberanía física. Eso está implícito, pero el Nacionalismo va mucho más allá. El Nacionalismo es, excluyentemente, la amante asunción de la patria y de su pueblo, desde el remoto origen y el espíritu de su fundación, pasando por los aciertos y errores de su historia, hasta su futura proyección al infinito. Sí, al infinito; porque –más allá de que la nación argentina pueda un día desaparecer por obra de las groseras fuerzas internas y exteriores que amenazan su vida- el espíritu del Nacionalismo va a estar ahí para siempre.

El embrollo reciente por YPF/Repsol y las “discusiones” por Malvinas han sido categorizadas como “nacionalismo” por muchos y hasta por la prensa extranjera. Así “Le Fígaro”, calificada expresión de la derecha liberal francesa, brinda toda su 2ª. página del 30 de abril pasado a los recientes pasos de “Cristina Kirchner, pasionaria del nacionalismo argentino”. Pasionaria sí, podría decirse, pero nacionalista no; antes de dar vuelta la hoja de un artículo que no agrega novedades para quienes vivimos el cotidiano de las mentiras en nuestra Patria.

Pasionaria sí, en la medida en que se desviva por dejar bajo tierra los deslices –también internacionalmente comentados- de su Amado Boudu. Pasionaria sí, en la medida en que aliente la confusa ideología de su “joven” (un grandulón de más de 40 años) Kicilloff, mezcla rara de Keynes y de Marx; metido hasta la verija en el barro de su materialismo, como habría dicho Hilaire Belloc si hubiese hablado en criollo.

Pero nada de eso es Nacionalismo, con sus permanentes llamados a la “democracia” y a los “derechos humanos”, hijos de la más sangrienta Revolución Francesa y pretexto para las más violentas exacciones que vendrán.

Porque aunque hasta el “contrera” Morales Solá coincida en calificarlo de nacionalista, esto de la confiscación de Repsol (no voy a derramar una lágrima) no tiene nada que ver con la explotación de los recursos energéticos por y para el país, como debería. Como no lo tuvo, en su momento, la “nacionalización” de la Compañía Italo de Electricidad por Martínez de Hoz. De todo esto se sabe ya lo suficiente; apenas se ignora quién se quedará finalmente con este negocio de los Kirchner-Esquenazi: seguramente no va a ser la Argentina y probablemente sí alguno de los verdaderos amos del mundo, enemigo de las naciones.

Y tampoco es nacionalismo esta falsa arremetida palabrera por Malvinas, hecha por un gobierno que emplea para calificar la gesta los mismos argumentos que los ingleses acerca de las “necesidades políticas” del “Proceso”, y por una gobernante que se ufana por haber concurrido el 14 de junio de 1982 a la plaza de la derrota.

No, señora. Lo suyo puede ser, en tanto resulte algo más que otro negocio de los propios, un conjunto de desordenadas medidas buscando apoyo en el aprecio de los argentinos por lo propio. Es, de hecho, la expresión de emociones comunes a los descarados funcionarios de su gobierno, a las “madres y abuelas”, a radicales comerciables, a socialistas de alma esotérica…

Pero Nacionalismo, no.