domingo, 30 de diciembre de 2012

COMO SALIR

¿Cómo vamos a salir de esto?

La gente ya quiere salir. A lo mejor quiere Dios que estemos “adentro” un rato largo todavía. Este país aplebeyado. Esta masa locuaz y engrupida…

Martín Aberg Cobo ha publicado un denso y claro estudio universitario sobre reforma electoral y sufragio familiar. Aunque naturalmente el ponderoso trabajo no aborda la actualidad menuda, sin embargo su tema y su oportuna aparición le dan el carácter extrínseco de una respuesta a la pregunta capital del momento: la solución del problema argentino. Esa solución estaría en la línea de una reforma electoral que sustituyese al actual sufragio universal individualista por el sufragio múltiple de los jefes de familia. Pero, ¿volverá a creer en las “votaciones” el pueblo argentino, hagamos lo que hagamos?

 Este trabajo ordenado y sapiente revela un auténtico universitario con todas las cualidades de buen jurista, incluso su parte de filosofía; lo que no quiere decir saber de memoria lo que dijo Kant y lo que dijo Aristóteles, sino más bien el hábito permanente de pensar en orden, sistemáticamente, y por ideas generales. Este habitus filosófico hace que el autor macere el material de su disciplina —material que domina perfectamente— lo recueza en su intelecto, lo vuelva traslúcido y coherente y lo sepa transmitir al lector. Cela qu'on comprend bien, on énonce aisement. Toda la reforma del actual sistema electoral argentino se encierra en esta proposición: Votan los argentinos de más de 22 años de edad: el padre de familia legítima votará por sí, por su esposa, por sus hijas solteras de cualquier edad, y por los hijos menores de 22 años.

Lo que cabe decir a favor de esta reforma es en cifra lo siguiente: Destrozando las sociedades naturales en favor de la agrupación financiera, el liberalismo ha arrasado políticamente a nuestra nación, convirtiéndola en un Sahara sin oasis; con sus médanos, sus arroyos secos y sus vendavales de polvareda, donde no faltan tampoco fieras y osamentas. La salida es reconstruir las sociedades naturales. La primera sociedad natural es la familia.

Ése es el orden natural; la célula social es la familia. Uno se pregunta de inmediato si ese mismo es el orden de ejecución política, o sea el orden de oportunidad. Es necesario restaurar al plano político la familia, el gremio, la comuna, la corporación, las instituciones paraestatales (Universidad, Ejército, Iglesia) y por último al mismo Estado. En todo proceso de cambio sustancial —lo que llamaban generación los antiguos— la totalidad domina las partes. El Estado ha sido debilitado a fondo y desplazado en parte por la llamada “democracia”, instrumento de dominación de las fuerzas económicas. Pensar que unos purísimos mercachifles de avisos como La Prensa se arrogaban el poder de voltear gobiernos y, lo que es más, de dispensar la gloria, el buen nombre y la fama, incluso literaria o filosófica; y que al atreverse el Gobierno a imponerles una ligera corrección se ha celebrado en el país como un acto de sobrehumano coraje; eso patentiza la extrema debilidad del Estado burócrata-gendarme; el cual, por otra parte, por una paradoja, es también abusivo y tiránico si a mano viene, lo que no deja de ser corriente en la psicología de los débiles. En las cosas que le toca hacer que son esencialmente tres: Guerra, Justicia y Caminos, el Estado moderno es débil. En las que no le toca hacer —y se mete igual— como enseñanza, religión, fiestas, negocios, arte, cultura, es abusador y duro como un demonio.

Un ejemplo concreto mostrará cuán necesario es que el Estado recobre cuanto antes su esfera propia y adquiera la absoluta autoridad que le falta; la cual es de orden moral y consiste en el consenso popular y en la confianza y entusiasmo del pueblo; no vayan a creer que se trata de hacer brutadas, o hacerse temer con violencia inicua.

Supongamos que por una desgracia subiese al poder un católico —quiero decir un católico “de etiqueta”— y basándose en las enseñanzas de los Papa implantase en el país por decreto el “corporatismo”, encíclica Quadragesimo Anno… ¿Lo ven ustedes aquí? Para figurarse el disloque que causaría a un Estado políticamente débil la organización prematura del cuerpo de las fuerzas económicas basta ver cuánto puede hoy día sobre el Estado y aun contra el Estado —lo que ha podido hasta hoy, queremos decir— la única corporación que está medio organizada entre nosotros, la de los ganaderos.

Todo el panorama del mundo está dominado por el gran hecho de la lucha de clases, y por los dos movimientos modernos que se pretenden soluciones a la injusticia y al caos, el comunismo y el nacionalismo.

El nacionalismo hasta ahora carece de doctrina y se presenta como una serie de reflejos necesarios y nobles, pero que aún no parecen trascender la región del sentimiento y del instinto. Corre el peligro de ilusionarse: de querer sustituir las soluciones específicamente políticas, que no posee, por la apelación a los sentimientos nobles como sacrificio, combatividad juvenil, heroísmo guerrero, aspiraciones al Reino de Dios; que son buenos propulsores pero malos constructores, cuando no se clarifican intelectualmente en sentimientos y en ideas operativas, como pasa siempre con las pasiones. No se gobierna con los impulsos de Don Quijote; y el que gobierna es Sancho.

Esto que es verdad incluso en Europa, entre nosotros es fabulosamente evidente. Detestar a los judíos, limpiar de pillastres la administración, multar a cuatro comerciantes, encarcelar comunistas —y aquí es donde temo campear con la debilidad el abuso– y nacionalizar los servicios públicos, con algunas reformas paternales de carácter relumbroso social, no constituyen un programa político especial, ni mucho menos tocan los profundos problemas de fondo del mundo contemporáneo. Muchas de las soluciones propuestas (como los seguros sociales) son plagiadas del socialismo; y su dirección focal no es el sentido militante de la vida, propio del cristianismo, sino el sentido burgués rebañego, propio del socialismo.

Una prueba concreta del empirismo nacionalista y su penuria de filosofía política es su conducta frente a la Iglesia. Ha tomado hacia ella dos actitudes igualmente pueriles: aprovecharla o molestarla. Primera: He aquí una sociedad antigua y misteriosa, fuertemente organizada. Me conviene ponerla de mi parte para uncirla a mi política. Le haré concesiones y subsidios (actitud italiana); segunda: He aquí una sociedad antigua y misteriosa fuertemente organizada. Me puede estorbar en mi política. La aplastaré políticamente (actitud prusiana). Las dos actitudes ignoran supinamente la natura incluso histórica y empírica del Catolicismo, y lo ponen simplemente a un lado del camino, lo mismo que los liberales. En España más reflexivamente el nacionalismo no ha adoptado actitud alguna; pero tampoco ha resuelto aún el problema eclesiástico, planteado por Unamuno. Eduardo Aunós decía, no sé si en broma, ¡que era insoluble!

La inteligencia argentina tiene hoy una tarea y un deber sacro, que es pensar la patria. Lo están cumpliendo Aberg Cobo y algunos otros. Fuera de eso, todo lo demás es pereza mental, falta de conciencia o esa sutil degeneración intelectual que se llama diletantismo. Una de las cosas repelentes de los grandes diarios es ese dopaje sistemático de la inteligencia popular con estudios enteramente superfarolíticos acerca de “La regla y la excepción en Dickens” o bien “Un nuevo novelista del surrealismo: Summer Spencer”, que propinan a las masas a manera de opio.

Y esa tarea y ese deber de pensar la patria es lo que hace la importancia de un diario como… Basta. No es elegante hablar de uno mismo.  

                                                        R.P. Leonardo Castellani, S.J.

Nota: Este artículo apareció originalmente en el periódico “Cabildo”, Buenos Aires, Nº 570, 9 de mayo de 1944, e integra también el libro “Las canciones de Militis”, del mismo Padre Castellani, aparecido en 1945.

Tomado de: http://elblogdecabildo.blogspot.com.ar/

domingo, 23 de diciembre de 2012

MANIFIESTO

DE IDEAS-EJE SOBRE EL PROBLEMA DE LA DEUDA PÚBLICA ARGENTINA. 

Por Héctor GIULIANO

Síntesis de las ideas básicas sobre el problema de la Deuda Pública Argentina para explicar cómo y por qué la Deuda tiene que ser tema de Debate:

La Deuda Pública es un condicionante total y absoluto de las Finanzas del Estado y de la Política Económica. La Deuda Argentina es Impagable: la última cifra oficial del Gobierno es de 194.000 Millones de Dólares, casi 200.000 (según el Ministerio de Economía, al 30.6.2012) pero el Gobierno oculta información sobre una gran parte de la Deuda Total porque ésta es la Deuda sólo en cabeza del Estado Central: falta la deuda de Provincias, Municipios, Empresas del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios, Banco Central y juicios contra el Estado con sentencia en firme. Además, hay mucha Deuda no Registrada porque el gobierno no computa los intereses a pagar en el futuro (más de 75.000 Millones de Dólares, hasta el año 2089), la capitalización de parte de los intereses, la indexación de la deuda en pesos ajustada por Inflación y, sobre todo, el “fardo” de los cupones ligados al PBI (que suman en total unos 42.000 Millones de Dólares, de los que se llevan pagados 10.000).

El Estado Argentino no tiene capacidad demostrada de pago para poder afrontar sus obligaciones de la Deuda Pública y por eso vive refinanciando y “bicicleteando” los pagos de la misma.

La Argentina está metida en una trampa de Deuda Perpetua: seguimos teniendo una Deuda Impagable donde refinanciamos sistemáticamente todos los vencimientos de Capital, pagamos la mayor parte de los Intereses y además tomamos Nueva Deuda. Es la “lógica del Usurero”: que el Deudor nunca deje de ser Deudor.

No es cierto que la Argentina se esté des-endeudando: la Deuda crece a un ritmo de 12.000 Millones de Dólares por año (aumentó 14.600 Millones de Dólares en 2011, está previsto por Presupuesto 2012 que aumente otros 11.700 Millones este año y que aumente otros 12.100 Millones en 2013).

El gobierno Kirchner está batiendo récords históricos de pago de la Deuda pero cada vez debemos más, tenemos más vencimientos y pagamos más intereses.

La Argentina vive hoy una nueva Crisis de Deuda: el Gobierno no tiene plata para amortizar la deuda y cancela los vencimientos de Capital con dinero que toma de las Agencias del propio Estado, es decir, paga deuda con nuevas deudas “pateando” las obligaciones para adelante.

El problema es que para pagar a estos Acreedores – Acreedores Privados y Organismos Financieros Internacionales (fundamentalmente Banco Mundial y BID-Banco Interamericano de Desarrollo) – toma plata prestada del propio Sector Público: es la Deuda Intra-Estado. Pero la Deuda Intra-Estado no es dinero propio del Gobierno sino dinero administrado por el Estado: fundamentalmente es plata de los fondos jubilatorios de la ANSES y de las reservas internacionales del Banco Central, además de otros Entes Públicos como la AFIP, Lotería, Fondo de Reconstrucción Empresaria, PAMI (hasta el PAMI le presta al gobierno para pagar deuda) y otros. El gobierno está así “empapelando” al Sector Público con títulos de deuda que no está en condiciones de pagar.

 De esta forma se está desfinanciando el Sistema Previsional, se está descapitalizando al Banco Central y se están desviando fondos públicos hacia destinos que no le son propios ni prioritarios (como los grandes créditos que el Banco Nación le da al Gobierno - un tercio de su cartera – que se restan al sector productivo de PYMEs).

La ANSES tiene el 60 % del Fondo de Garantía de Sustentabilidad prestado al Tesoro y por eso no cumple con el 82 % móvil de las prestaciones previsionales ni con los juicios a los jubilados porque esos fondos son dados al Gobierno para que pague Deuda de Terceros a costa de aumentar la Deuda Interna sin capacidad de repago con la ANSES.

El gobierno sigue usando Reservas del Banco Central para pagar Deuda Externa (reservas que han sido compradas con Deuda por el Banco Central a través de Lebac y Nobac) y que son un “paga-Dios” porque nadie sabe cómo se van a restituir los fondos que saca de la “alcancía” del Banco, que son las Reservas.

Pero esta Política de Pagos de la Deuda – que el gobierno bautiza con el eufemismo o engañoso título de “des-endeudamiento” – no es “neutra” porque se paga a través de un Plan de Ajuste Fiscal: un ajuste cuyo costo lo carga el Pueblo Argentino.

Hoy el Estado – Nación, Provincias y Municipios - aumenta la Presión Tributaria para obtener más recursos para el pago de la Deuda Pública. La Recaudación Tributaria del Fisco crece, en gran medida, a través de la Inflación: de allí que se recaude más por IVA, por Impuesto a las Ganancias, por Impuesto al Cheque, por Bienes Personales así como por gravámenes provinciales a los Inmuebles, a los Automotores y a los Ingresos Brutos.

El Impuesto a las Ganancias es hoy una de las cargas más injustas y un robo que cae sobre los trabajadores argentinos: 1) Primero, porque el Trabajo no es una Ganancia (a diferencia de la Renta Financiera que en cambio está exenta), 2) Segundo, porque los aumentos de Salarios no son así incrementos netos sino compensaciones frente al avance de la Inflación Real, y 3) Tercero, porque aumentar los salarios nominales dejando retrasado el Mínimo no Imponible es bajar aún más los salarios reales de los trabajadores.

Hoy la Argentina ya no tiene superávits gemelos: Fiscal ni Externo. El país tiene Déficit Fiscal (30.700 Millones de Pesos en 2011 y más de 34.200 en el 2012) y su Balanza de Pagos es neutra o negativa. Y en ambos casos, el factor determinante de estos déficits es la Deuda Pública.

La Deuda es la causa principal del Déficit Fiscal: por los vencimientos de Capital que se refinancian sistemáticamente y la toma de nueva deuda; y por el pago de Intereses.

Según el Presupuesto aprobado para el 2013 vencen 36.500 Millones de Dólares de Capital y se van a tomar nuevas Deudas por 48.600, es decir, por 12.100 Millones más. A su vez, se van a pagar Intereses por 55.000 Millones de Pesos (equivalentes a unos 11.000 Millones de Dólares): son 30 Millones de Dólares por día – 1.250.000 dólares por hora que pasa de nuestra vida. Sólo lo que se paga por Intereses – los 55.000 Millones de Pesos – es mayor que lo que se gasta en Educación (34.500), en Ciencia y Tecnología (4.100), en Salud (12.700), en Seguridad (25.800) o en Defensa (26.300).

El gobierno está aplicando un Plan de Ajuste Fiscal sin decirlo: a) por un lado, aumenta la Recaudación y la Presión Tributaria; y b) por otro, contiene las actualizaciones salariales y jubilatorias.

Y este Plan de Ajuste se hace para poder pagar la Deuda Pública. Con el agravante que la administración Kirchner cumple con los pagos de la Deuda con Terceros pero dilata el pago de la Deuda con los jubilados: así el Gobierno está apostando, en la práctica, a la “muerte de los jubilados” porque jubilado que muere es uno menos que reclama.

Además: a) El gobierno usa la Inflación como refuerzo de la Presión Tributaria para poder pagar Deuda Interna, b) Mantiene un retraso y un “cepo cambiario” para poder pagar Deuda Externa, y c) Sostiene un alto nivel de Tasas de Interés del Mercado a través del “piso” que fija con las Lebac y Nobac del Banco Central (que hoy está en el 16 % anual). Por eso los Bancos siguen siendo el sector más rentable de la Economía Argentina.

Hasta aquí, los fundamentos y las explicaciones de base sobre cómo sigue funcionando el Sistema de la Deuda Perpetua hoy en la Argentina.

CONCLUSIONES:

La Deuda Pública Argentina: a) es Ilegítima en su origen y en su dinámica de crecimiento, b) es impagable porque el Estado no tiene la Solvencia Fiscal para extinguirla, y c) es fruto de la Corrupción por irregularidades mayúsculas en su contracción y mantenimiento.

Por ende: La Deuda tiene que ser investigada hasta sus últimas consecuencias: debe llevarse a cabo una auditoría completa de la misma y las causas judiciales en curso tienen que ser activadas: Olmos I (que tiene sentencia del Juez Ballestero), Olmos II, Megacanje 2001 y Denuncia Olmos Gaona-Marcos por complicidad de los Gobiernos sucesores del Proceso Militar hasta la fecha.

Los culpables y co-responsables de este Sistema de Deuda Perpetua y de la consiguiente indefensión jurídica y financiera del país – que estamos viendo a través del embargo de la fragata Libertad y de los fallos de Nueva York - tienen que ser enjuiciados: así como hubo y hay una judicialidad de los actos políticos por los Derechos Humanos también tiene que haber una judicialidad por el Delito continuado de la Deuda Pública.

Los tres poderes del Estado – Ejecutivo, Legislativo y Judicial – son igualmente responsables frente a este problema del Endeudamiento Público; y la Clase Política mayoritaria así como los grandes medios de comunicación son cómplices del Oficialismo en el ocultamiento de este sistema de la Deuda.

Frente a esta falencia institucional la Clase Política verdaderamente nacional – o lo que todavía queda de ella - tiene el desafío de una Misión Histórica que cumplir: liberar al Pueblo Argentino de la servidumbre de la Deuda como Instrumento de Dominio.-  

Lic. Héctor L. GIULIANO Buenos Aires, 10.12.2012

Tomado de:  http://redpatrioticargentina.blogspot.com.ar/

viernes, 7 de diciembre de 2012

REVISTA "MILO" Nº 9

Un nuevo numero de la revista Milo ya esta en la calle.
No hay dudas que su presencia no pasará desapercibida, sobretodo para quienes detestan ver aparecer –y con regularidad- a una publicación de este tenor.
En efecto, “Milo” es una de las pocas publicaciones nacionalistas que existen en el país; por ende su sola existencia ha de molestar a quienes bregan por imponer un pensamiento hegemónico y “políticamente correcto”, que en nada cuestione los fundamentos del Sistema de dominación.
Este periódico, que con gran esfuerzo edita el Círculo Nacionalista de Santiago del Estero, ya es ampliamente conocido en esta provincia y de seguir así seguramente se ganará un lugar dentro de la historia del periodismo nacionalista.
 Dos cosas queremos destacar de esta revista –aparte de su continuidad-; la primera es que sus editores, completamente neófitos y principiantes, puestos en periodistas por exigencia de la militancia; han tratado de darle a la revista una diagramación amena y moderna que invite a su lectura, y lo lograron.
La segunda es que en “Milo”, no solo se abordan problemas actuales y concretos con un enfoque nacionalista, sino que se plantean soluciones viables y posibles, que ponen en evidencia dos cosas; por un lado la despreocupación de la clase política por el desarrollo del país; y por el otro, que los nacionalistas tenemos respuestas para las diversas problemáticas que nos aquejan.
De modo pues que podemos decir sin temor a exagerar que estamos ante una revista que vale la pena leer y difundir, y de la cual los santiagueños pueden estar orgullosos.

                                                                          Atilio Régulo